Viña Tarapacá celebra
145 años de legado
en la producción de vinos

Por Entre Copas y Corchos
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Durante siglos, el arte de la viticultura se ha desarrollado en todo el mundo y ha conseguido evolucionar hasta convertirse en una tradición, y durante el 2020, Viña Tarapacá ha celebrado su legado como uno de los principales productores de vino a nivel mundial durante los últimos 145 años.

Desde el primer año de su creación, Viña Tarapacá ha sido reconocido a nivel nacional e internacional por la calidad de sus vinos con más de 30 premios desde su fundación, algo que no es fortuito, sino el resultado de años de planeación, análisis y técnica para conseguir al Gran Reserva de todo Chile.

Para comprender cómo es que Viña Tarapacá ha conseguido colocarse como un referente de la enología mundial, es necesario trasladarse a la Isla de Maipo, una región ubicada a las orillas de la Cordillera de los Andes, y escenario que alberga 611 hectáreas de viñedos propiedad de Tarapacá. El Río Maipo, los deshielos de las montañas, los minerales de la tierra, las brisas frescas y neblinas matinales provenientes del Océano Pacífico, han creado la combinación natural perfecta para conseguir 7 perfiles distintos de suelo, y a través de las técnicas más modernas ha permitido extraer el máximo de potencial de cada terruño dentro de los viñedos.

Es así que gracias a las condiciones climáticas y geográficas, Viña Tarapacá ha conseguido plantar variedades de uva de primera calidad, que van desde las clásicas Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Merlot, pasando por las Cabernet Franc, Syrah, Malbec, Petit Verdot, Sauvignon Blanc, hasta la Carménère, una uva que se creía extinta en todo el mundo y que resurgió de las cenizas para colocarse como una de las cepas más icónicas de todo Chile y que ahora forma parte de la materia prima de los vinos Tarapacá.

Después de 145 años haciendo historia, numerosas personas han contribuido para alcanzar los más altos estándares de calidad enológica. Uno de ellos es Sebastián Ruiz, agrónomo especializado en Enología y Viticultura, Enólogo Jefe de Viña Tarapacá y responsable de la elaboración de la emblemática línea Gran Reserva desde hace 6 años.

La figura de Sebastián ha conseguido mantener la reconocida excelencia enológica de la viña, pero imprimiendo un aire de innovación que rescata elementos del terroir en sus vinos y que demuestra la amplia experiencia del enólogo, así como el perfeccionamiento de su técnica y conocimientos en la elaboración de vinos, suelos y climas, tras especializarse en el Château Merlet-Burdeaux, en Francia, y el Beringer-Napa Valley, en Estados Unidos.

Es así que se consigue crear el legado de vinos de Viña Tarapacá, cuya singularidad y complejidad es resultado de la mezcla de diferentes cepas y de la extracción del carácter de cada terroir, donde predomina el sentido de origen y que ha conquistado a más de 50 países en los 5 continentes, durante más de 120 años.












Viña Tarapacá tiene su propia joya de la corona: Gran Reserva Tarapacá. Una selección de vinos de calidad excepcional, distinguidos y elegantes, que han acompañado las celebraciones más inolvidables y que lo colocan en el primer lugar de todo Chile. La línea Gran Reserva está elaborada con las mejores uvas de los viñedos a lo largo de la cuenca del Río Maipo. Un vino que encarna toda la tradición del savoir faire de Viña Tarapacá.

Además de colocarse como una marca premium a nivel internacional, Viña Tarapacá no sólo ha transformado sus procesos de elaboración de vinos, sino que ha sido una de las pioneras en el ámbito de la sustentabilidad. Desde el 2009, han desarrollado iniciativas que demuestran su compromiso social y con el medio ambiente, una evolución muy necesaria en el contexto mundial de la actualidad.

Los viñedos, al estar situados en uno de los 35 hotspots de biodiversidad del mundo, desde Viña Tarapacá han trabajado arduamente para conservar las más de 2,000 hectáreas de bosque nativo que los rodean, contribuyendo activamente a la protección de la tierra como parte de su plan de siete años, que busca preservar y proteger toda la biodiversidad endémica y nativa del Fundo de Tarapacá. Además, desde 2016 cuentan con su propia planta hidroeléctrica, que aprovecha las aguas del Río Maipo y produce el 60% de la energía eléctrica que la bodega necesita para elaborar los vinos.

Por si fuera poco, recientemente instalaron un sistema fotovoltaico que impulsa los sistemas técnicos de riego a través de paneles solares. Todas estas medidas han sido implementadas con el objetivo de producir vinos utilizando energía 100% renovable en 2021, lo que colocaría a Viña Tarapacá como uno de los primeros productores sustentables del planeta.

La historia de Viña Tarapacá sigue escribiéndose, pero hay algo que queda claro: es una empresa que ha sabido evolucionar y trascender en el tiempo, y que ha dejado un fuerte legado en la viticultura a nivel mundial, marcando el paso a seguir del sector y cuya evolución seguirá deleitando cada rincón del planeta.




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